Seguimos con nuestro proyecto pastoral del curso: «El mundo es para mí». La siguiente fase del viaje es acudir a la puerta de embarque.
Ya tenemos hechas las maletas y sabemos lo que necesitamos para el viaje. Lo tenemos todo listo, así que ya es momento de ir al aeropuerto.
Pero este momento es en sí toda una experiencia.
En este lugar me encuentro gente de todo tipo: hombres y mujeres de negocios, personas de otros países, gente con equipajes enormes, personas que me preguntan en idiomas desconocidos, algunos corriendo, algunos tomando un café…
Me hago consciente de la gran diversidad de personas que hay en mi alrededor, y me doy cuenta de que tengo que parar y escuchar para saber hacia dónde ir. Incluso a veces tengo que pedir u ofrecer ayuda a quien está perdido o a quien no entiende el idioma y necesita orientación.
Así que abre bien los ojos, los oídos y el corazón, porque necesitas todos tus sentidos en este momento.